19 de Julio de 1955. 

Jamás sentí labios más exquisitos, más suaves, más maravillosos que los de… Me desespero pensando en ese beso de despedida. Es como haber pegado para siempre su rostro en mí. Estoy atada a sus labios. Escribo para no angustiarme. Sólo me consuela el momento de verlo de nuevo.

La noche se astilló de estrellas mirándome alucinada. El aire arroja odio embellecido su rostro con música.

Pronto nos iremos, arcano sueño antepasado de mi sonrisa. El mundo está demacrado y hay candado pero no llaves y hay pavor pero no lágrimas. ¿Qué haré conmigo?

Porque a Tí te debo lo que soy pero no tengo mañana.

Porque a Tí te…

La noche sufre.