19 de Julio de 1955.
Jamás sentí labios más exquisitos, más suaves, más maravillosos que los de… Me desespero pensando en ese beso de despedida. Es como haber pegado para siempre su rostro en mí. Estoy atada a sus labios. Escribo para no angustiarme. Sólo me consuela el momento de verlo de nuevo.