En un cine porno, unos jubilados cascados contemplaban, escépticos, los retozos mal filmados de dos lascivas parejas; no había argumento.

He ahí, pensaba yo, el rostro del amor, el auténtico rostro. Algunos son seductores, y seducirán siempre, y el resto sobrevive.

No existe ni el destino ni la fidelidad,sólo cuerpos que se atraen. Sin sentir ningún apego ni, desde luego, piedad, uno juega, y después destroza.

Algunos son seductores y por lo tanto muy amados; sabrán lo que es un orgasmo. Pero hay tantos otros cansados y sin nada que ocultar, ni siquiera un fantasma;

Si acaso, una soledad agravada por la impúdica alegría de las mujeres; si acaso, una certeza: <<eso no es para mí>>, un oscuro y pequeño drama.

Con certeza morirán un poco desengañados, sin ilusiones poéticas; practicarán a conciencia el arte de despreciarse, será algo mecánico.

Me dirijo a todo aquel que nunca haya sido amado, que nunca supo gustar; me dirijo a los ausentes del sexo liberado, y del placer corriente.

No temáis, amigos, vuestra pérdida es mínima: el amor no existe en ninguna parte. Sólo es una broma cruel de la que vosotros sois víctimas, una jugada de experto.

Cuatro veces envejeceré, cuatro rejuveneceré antes de llegar a la tumba. Donde muera, moriré cantando. Caiga aquí o allá, poco importa, lo sé, soy digno de yacer junto a los caídos bajo la bandera roja, pero para el que cae, la muerte es la muerte. Da miedo -no amar más, da horror- no atreverse. Para todos -una bala, para todos- un cuchillo.[…]

Mas ¿qué hacer si con todo mi corazón he creído, creo, en esta vida, en este mundo?.