Si quieres convencer a un hombre de que hace algo mal, hazlo bien. Pero no te preocupes en convencerle: los hombres creerán lo que vean; que vean, pues.
Persigue, alcanza, rodea tu vida como un perro en torno a la silla de su amo. Haz lo que amas. Conoce tu propio hueso; róelo, entiérralo, desentiérralo y vuelve a roerlo. No seas demasiado moral; podrías robarte mucha vida. Aspira a algo más que la moralidad. No seas sólo bueno: sé bueno para algo. Todas las fábulas tienen su moraleja, pero los inocentes disfrutan con la historia.